¿ESPECTADOR O DIRECTOR?
Si alguna vez has ido a una obra de teatro habrás observado que el espectáculo comienza cuando se abre el telón, ¿verdad?
Se abre el telón y empieza la obra. Los personajes comienzan a desarrollar su papel en la obra. Personajes principales, secundarios e incluso inapreciables.
Así fue tu vida también. Se abrió el telón de TU VIDA cuando tu madre te dio a luz. No importa si fue un embarazo deseado o no. No importa si has sido adoptado o por el contrario has crecido con tus padres biológicos. En el momento de dar a luz, se abrió el telón de la obra de tu vida.
Lo cierto es que en ese momento no tenías mucho poder de decisión. Dependías totalmente de otras personas para poder comer, dormir, vestir. Incluso hacer tus necesidades. No tenías el control de nada. Más bien fuiste un espectador de tu vida consecuencia de las decisiones de otros.
Otros decidían por ti. Qué debías comer, cómo debías vestir, qué debías hacer. Fuiste creciendo y aún así seguían intentando dirigir tu obra. Con quién podías salir, qué debías estudiar, qué era lo mejor para tu vida.
Estoy segura que lo hicieron lo mejor que supieron. Con la idea de ayudarte lo máximo posible. Lo que sucede es que la buena intención, no siempre es lo mejor para ti.
Ahora estás aquí más grande y más fuerte que nunca. Ahora tienes el poder para hacer todo cuanto tú quieras con tu vida. ¿Lo haces?
Esta es la obra de tu vida y realmente, ¿cómo estás viviendo? ¿De espectador o director?
Lamentablemente seguimos permitiendo que otros nos digan lo que podemos hacer y lo que no. Permitimos que otros pongan límites a lo que somos capaces. Cedemos nuestro poder y somos espectadores de nuestra vida. Otros la dirigen, otros escriben el guión y casi parecemos marionetas.
Basta ya. De verdad. Ya basta. Tú no eres una marioneta. Tú no eres un espectador. Tú eres el gran director de TU VIDA. Toma el control. Reescribe tu guión. Sé que puedes hacerlo. Sé que puedes lograrlo.
Es probable que a lo largo de la obra cometas errores. ¡Eso es normal! Todos los cometemos. ¡Permítelo! Permítete cometer los errores necesarios y después aprende de ellos.
¿Acaso crees que todo es perfecto? En una película se toman decenas, centenas de «tomas falsas» hasta que todo sale a la perfección. Lo que ocurre es que hay una mala definición. En realidad no son tomas falsas, son TOMAS VERDADERAS porque eso es tan real como la vida. Casi nada suele salir bien a la primera. Incluso aunque salga bien se puede mejorar ¿verdad?
Tenemos miedo. Tenemos mucho miedo al error, a equivocarnos y sentirnos juzgados. Tal vez a que se rían de nosotros. A ser criticados… Y por ese miedo al error permanecemos de espectadores.
Cuando estás en el cine o en el teatro ¿hacia dónde se dirige la atención? Hacia la pantalla o el escenario. Hacia donde se está realizando la obra mientras los espectadores permanecen desapercibidos.
Tú no has nacido para pasar desapercibido. No has nacido para vivir a la sombra de otros. Has nacido para brillar con luz propia. Has nacido para ser el director de la gran obra de tu vida.
Toma tu poder. Reescribe tu guión. Cambia todo aquello que no te guste. Permítete cometer errores y después hazlo mejor. Sigue. Sigue. Sigue adelante hasta lograr todo aquello que tú quieras.
Porque cada escena de esta gran obra de tu vida no se termina hasta que tú lo decidas.
